jueves, 23 de septiembre de 2010

Y llegaron los 23....

Hace eexactamente un año recibí los dos patitos en un ambiente un tanto soso y tal vez visto desde una perspectiva bastante negativa. Sin embargo, desearía volver a ese cumpleaños y dejar de quejarme porque no era consciente de que lo más importante estaba conmigo. Pero en un año cambian demasiado las cosas. Aquel 23 de Septiembre no pensaba que hoy una de las primeras felicitaciones que siempre recibía no llegaría nunca. Hoy en cambio, he ido a visitarte, a facilitarte que me pudieras felicitar y a dejarte mi trozo de tarta particular y la vela que soplaré. Hoy las cosas son demasiado distintas, y sólo es la primera fecha señalada en la que no estás. Pensar que aún quedan todas las demás me produce vértigo.
Espero que pases un buen día, que te guste la tarta y sabes que como tu decías siempre seré tu niña por muchos años que cumpla.
Hoy ha amanecido lloviendo, espero que salga un poquito el sol, me lo tomaré como que has encedido mis 23 velitas

lunes, 6 de septiembre de 2010

Hasta luego

Ya ha pasado un mes desde que dije el adiós más doloroso.
En este mes no he sido capaz de publicar nada, porque intentaba encontrar mi camino en esta nueva vida sin ti. Todo ha seguido su curso excepto yo, que sigo aún un poco perdida.
Aún sigo encontrando cosas que me transportan a tiempos mejores en los que tú me acompañabas y que me sobrecogen y sin darme apenas cuenta me sorprenden las lágrimas. Ahora ya no puedo esperar que seas tu quién me las limpie, quién me proteja. Ahora, lo único que me queda es pensar en ti cada vez que consiga alguna de mis metas, porque tú serías quién más se alegraría, acogerme a la fuerza que me dejaste porque tú serías quien me ayudaría, levantarme cada vez que caiga porque serías tú quien me daría su mano, porque siempre me acompañarás porque gran parte de ti vive en mi, porque esto nunca fue un adiós, sino un hasta luego.