sábado, 17 de abril de 2010

Tres meses

Más de tres meses sin publicar.. definitivamente he perdido mi musa (si es que algún día la he tenido)

Durante este tiempo, han pasado muchas cosas y por mi cabeza la idea de contarlas, pero a la hora de la verdad, de estar frente a frente con la pantalla bailona de mi ordenador, no encontraba la manera de contarlas y se quedaban en el camino.

Durante este tiempo me he sentido desanimada en alguna ocasión, contrariada en muchas otras y eufórica en otras tantas. Así que hoy, un día como otro cualquiera, aunque habiendo pasado una noche algo extraña, pero que en ningún caso me siento más inspirada que cualquier otro, me dispongo a dejar salir todo aquello que quiera salir.


La que más prisa tiene por salir es la euforia, esa sensación que siento cada día que termino mis prácticas. He encontrado algo que realmente me gusta, me llena y me motiva para seguir adelante, para encontrar mi camino. Creo que para alguna gente es difícil comprender que me guste lo que hago allí y me he tenido que enfrentar muchas veces a eso de “ Tiene que ser interesante pero... ¿no te da miedo?” o aquello otro de “Esos son todos unos hijos de.... ¿de verdad crees en la reinserción?” Pues no, no es precisamente miedo lo que se siente allí, aunque en alguna ocasión hayas tenido algún contratiempo, pero no, no es nada parecido a miedo. Lo que más siento es contradicción y lo que más me cuesta es mostrar esa impasibilidad al oír algunas historias. Muchas veces escuchas algo que remueve tus entrañas hasta el punto en el que sólo deseas vomitar y en tu cara, en tus gestos, no se debe notar ni un ápice de tu interior. Cada vez lo controlo más, pero es algo realmente complicado.

En otras ocasiones, incluso llegas a conmoverte, a plantearte la posibilidad de que esos hechos probados no sean realmente la verdad (aunque claro está, esto sólo lo piensas tu en tus adentros y obviamente, no dices nada) Supino error, amigos, pero inevitable. Y aquí es donde llega la contradicción. Piensas que eres la peor persona del mundo por sentir compasión por alguno de ellos sabiendo de antemano lo que ha hecho y, las caras de “dios mío, esta tía está loca” cuando he comentado esto con algún amigo no ayuda mucho. Pero siempre existen dos caras de la verdad, y aunque eres consciente de que son grandes jugadores en eso de la manipulación y de que, en ocasiones, tienen una historia bien aprendida, estos pensamientos/sentimientos/sensaciones son, al menos para mí, inevitables, aunque como buena profesional (xD) los disimulo tremendamente bien.


No existen patrones, cada caso es distinto, y por eso, no creo en la reinserción para todos los casos, es más, probablemente muchos de ellos ni se merezcan esa posibilidad. Sin embargo, me encanta luchar e intentar conseguir esa reinserción. Seguramente mi punto de vista y/u opinión sobre esto sea distinta a la de la mayoría de vosotros queridos lectores (:P), pero es cuestión de cambiar el punto de partida.


Por último (y ya voy acabando que la entrada se va a hacer más larga de lo habitual), el desánimo viene acompañado de la incertidumbre, del río que tiene tantos caminos para llegar al mar. Sin embargo, no me voy a detener en este punto porque lo tengo controlado , aunque a veces me sobrecoge una necesidad de saber y una presión de querer hacer lo correcto y de encontrarme a mí misma. Pero cuando esto ocurre, activo ese pensamiento de “tengo 22 años y tengo tiempo para rectificar” y todo se calma un poco.


Y todo esto es, a grosso modo, lo que he sentido en este tiempo pero que no he podido contar antes porque me abandonó la inspiración :)